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Mientras la OMS recomendaba en marzo pasado la aplicación de pruebas de manera masiva para que los países estuvieran en posibilidad de mapear y monitorear los rastros de contagio para su gestión oportuna buscando aislar y contener la transmisión del covid 19, en México, donde aún no se había detonado la pandemia, el responsable de conducir la política epidemiológica, Hugo López Gatell, desafiando esta lógica ya sea por instrucciones superiores o convicción propia, se oponía firmemente a su aplicación argumentando su inexactitud bajo algunas variables que se descartaban por sí solas. Eso determinó que en México no se aplicaran pruebas masivas, sino solamente y bajo fuertes resistencias institucionales, a aquellos que llegaran a los hospitales en estado crítico.

No pocos expertos en epidemiología sostenían que la oposición del gobierno a autorizarlas era un error además de una mayúscula irresponsabilidad.

Hoy con 220,657 casos de contagio reconocidos por el gobierno (1´831,453 ajustados a 8.3x1, de acuerdo con la estimación de HLG así como con y 6,619,710 según la UNAM ajustados a 30x1) así como con 27,121 incidencias mortales (más los subregistros que se dimensionarán con estadísticas de cierre de año del INEGI) ya, por fin, ante la evidencia insoslayable, los gobiernos locales han sido autorizados para aplicar las pruebas masivas.

Hoy Sonora se focaliza entre los estados con mayor número de contagios y con su capacidad de respuesta hospitalaria saturada. Esto pese a que nuestra entidad prácticamente pasó de la fase 1 a la 3 antes que el resto del país, lo cual debió haber sido efectivo, salvo porque tenemos la característica de contar con al menos cuatro puntos fronterizos con Estados Unidos así como una frontera compartida con Baja California por donde un indeterminado número de personas provenientes del vecino país pudieron llegar sin que México cerrara sus fronteras al libre tránsito mientras los vecinos del norte la cerraron desde marzo, cuando aún el contagio era un dato distante, lejano.

Ahora en Sonora se está implementando un programa por parte de la secretaría de salud denominado ANTICIPA, el cual consiste en un mapeo mediante un muestreo sistemático y exhaustivo no invasivo, como sería el caso de instalar retenes, por ejemplo, que consiste en la focalización de vectores de transmisión con los datos ya disponibles de personas infectadas y sus lazos de relación familiar y social, así como vía llamadas telefónicas a la población en general bajo patrones de probabilidad generados con los datos estadísticos disponibles con lo que se podrá ir cerrando la pinza para descartar así como para determinar a quienes hacerle pruebas rápidas, ahora que han sido tardíamente autorizadas por la federación, después de una batería de preguntas aplicadas por los operadores bajo un protocolo diseñado para un primer diagnóstico selectivo.

ANTICIPA empleará un número telefónico el cual desde ayer está difundiéndose para que lo capturemos y referenciemos en nuestra libreta de contactos y contestemos con seguridad al reconocerlo para responder las preguntas que servirán al operador para determinar si somos candidatos o alguien de nuestros familiares o conocidos a ser diagnosticados.

Tenemos una situación crítica en Sonora pese a los esfuerzos permanentes de información por parte de la Gobernadora Pavlovich y el Secretario de Salud, Enrique Claussen, respecto del ritmo de los contagios que se venían registrando, así como mediante una intensa campaña de concientización que durante los últimos meses venían siendo los únicos recursos disponibles ante la terca necedad de no permitir la aplicación de pruebas masivas en México por parte de unas autoridades federales que por fin cedieron ante la contundencia de su fracaso.

La implementación de ANTICIPA deberá arrojar información para una mejor gestión de la velocidad y propagación de los contagios, lo cual servirá para contener de manera más efectiva lo que hasta hace días solamente podía registrarse conforme a las eventualidades de las incidencias diagnosticadas con pruebas PCR de laboratorio, más precisas que las de inmunoglobulina o rápidas IgG, pero altamente efectivas para el propósito de discriminación para la toma de decisiones.

Hay que colaborar con este programa para ser parte de la contención de la propagación del COVID 19, en tanto se descubre la vacuna para esta enfermedad que nos ha recordado acerca de lo frágil del equilibrio de la existencia de la raza humana en nuestro planeta, así como para valorar lo que tenemos, a los que nos acompañan en este viaje y lo que representan nuestras decisiones a la hora de elegir a nuestros gobernantes.

Bytheway

La aguerrida tía chelys mantiene sus retenes en Hermosillo pese a que se le ha dicho hasta el cansancio que no sirven para nada más que darse notoriedad en su propósito fundamental de mantenerse en alguna de las boletas de la elección que viene.

La también internacionalmente conocida como la alcaldesa cazavampiros ha destacado nuevamente haciendo honor a su característica torpeza pateando el avispero ahora con lo que alborota y da nuevos bríos al grupo “Movimiento por el agua, NO al novillo”, con su anuncio de extraer más agua de la presa en disputa, que ya estaba ávido de subirse al tren del 2021, lo cual después quiso enmendar desdiciéndose sin éxito alguno. Gracias señora, no esperábamos menos de usted para reavivar la llama de la discordia con quienes se creen dueños de lo que no es suyo... Y se quiere reelegir.

Así lo dijo Lilly Téllez en su cuenta de twitter @LillyTellez "Los periodistas señalados desde el poder como enemigos públicos están en riesgo. No es equiparable una crítica de quienes tienen toda la fuerza del Estado con quienes solo tienen la fuerza de su micrófono y pluma. Es tanto como ponerles una diana en la espalda. @CPJAmericas" … ¿Alguien tiene otros datos? Por supuesto que sí, toda una cáfila de rufianes enajenados por sus intereses o ebrios de poder que se han vuelto discapacitados intelectuales para oponerse a estas agresiones surgidas desde el epicentro mismo del poder político que se acerca a pasos acelerados a una dictadura porfiriana.